La avicultura paraguaya consolida su mayor expansión en una década.

La avicultura paraguaya consolida su mayor expansión en una década.

El sector avícola cierra 2025 con consumo récord, inversiones aceleradas y expectativas exportadoras en fuerte crecimiento.

Asunción, Paraguay | | La cadena avícola de Paraguay atraviesa un momento decisivo. Tras años marcados por la volatilidad regional, y entró en una fase de , impulsada por una demanda interna robusta, inversiones crecientes y un renovado horizonte exportador. El se convirtió en el principal motor del despegue. , una cifra inédita que posiciona al pollo como la proteína más accesible y dinámica del país. Y hay un dato importante: la preferencia del consumidor por alternativas económicas y nutritivas explica buena parte de ese salto positivo. más de 3 millones de unidades por día abastecen un mercado que consume entre 185 y 220 huevos por persona al año, con margen para seguir creciendo sin tensiones de oferta. En ese contexto país, las empresas avícolas aceleraron sus planes de inversión, enfocándose en a) tecnología, b) genética, c) infraestructura y d) bioseguridad. La incorporación de -que optimizan la conversión alimenticia y reducen pérdidas- y la marcan un salto cualitativo en eficiencia productiva. A esto se suman prácticas de , como la transformación del estiércol en fertilizante, que permiten reducir costos y mejorar la sostenibilidad del sistema. Pese al buen momento, el sector no está exento de desafíos. Los , y su precio depende de mercados internacionales altamente volátiles. La -incluido su uso para biocombustibles- y las siguen siendo factores de riesgo. A esto se suman los asociados a los galpones modernos, la y las para mantener el estatus sanitario del país. Aunque , el sector está decidido a cambiar esa ecuación. La en 2025 marcó un hito, con los primeros envíos concretados y un impacto positivo en el posicionamiento regional. , cuya habilitación sanitaria se encuentra en etapa final. De concretarse en 2026, Para los referentes del sector, esta apertura representaría un cambio estructural en la industria. Las proyecciones para 2026 son optimistas: en la producción, impulsado por la demanda interna y las inversiones en infraestructura. El stock nacional se mantendría entre 31 y 32 millones de aves, suficiente para abastecer holgadamente al mercado y sostener el incipiente proceso exportador.